A pocas horas de la llegada del poderoso huracán Melissa a las costas cubanas, la percepción del peligro de la población en las provincias orientales, no es alta ni las precauciones que deberían tomar las autoridades son suficientes, coincidieron varios entrevistados por Martí Noticias.
En Guantánamo, una de las provincias más expuestas al impacto de Melissa, la población enfrenta la amenaza con una preocupante falta de preparación. Con cortes eléctricos de hasta diez horas diarias y una comunicación institucional limitada, muchos residentes subestiman el peligro real que representa el ciclón.
La desinformación y la precariedad energética dificultan la percepción del riesgo, justo cuando se requiere máxima alerta.
“Yo veo algunas cosas preocupantes acá: la primera es la percepción de la población ante este evento, no veo que la población esté preocupada con esta tormenta, no veo que la población está haciendo nada, incluso veo gente con teorías fuera de la realidad diciendo que Guantánamo está protegido por las montañas. El ciclón va a entrar por el sur, por donde no hay montañas”, indicó el periodista independiente Niober García Fournier, desde la capital provincial.
“Otra cosa es que el gobierno ha dicho que está preparando a la población. Yo no veo nada aquí en el municipio Guantánamo. Lo único que he visto es un carro hablándole a la gente. En el noticiero, salió que en la provincia Guantánamo estaban bajando suministros, repartiendo a la población y aquí la población guantanamera no ha visto nada de eso”, subrayó.
Medios de comunicación oficiales informaron que el huracán Melissa provocó la evacuación de cerca de 650,000 personas en las provincias orientales, donde se han habilitado centros de albergue para proteger a la población.
En ese sentido, Rolando Rodríguez Lobaina, director de la agencia de prensa independiente Palenque Visión, constató que, aunque se han habilitado albergues en inmuebles de escuelas y otras instituciones, en la mayoría de los casos se pide a los pobladores que se refugien en las casas más seguras de familiares y vecinos.
“En Baracoa sí está haciendo evacuaciones, aquí en la zona de Malecón, desde el Manglito, todas esas casas que están cerca de la costa, que históricamente el mar penetra con fuerza, en toda la zona del Malecón, desde la zona de la Cruz de Colón hasta el hotel La Rusa; están evacuando para zonas altas”, explicó.
“En Caimanera, se sostuvo una reunión del Partido, según una fuente anónima que participó, y salieron llorando porque las autoridades anunciaron que viene con mucha fuerza, que habrá muchos estragos y están evacuando en el poblado. En Bayamo, igual. Dicen que van a evacuar para las escuelas, pero hasta el momento lo que han pedido es que se evacuen para casa de familiares”, dijo Rodríguez Lobaina.
En su perfil de Facebook, el periodista habanero conocido por Karaya, manifestó su preocupación por el anuncio de evacuaciones que hiciera el gobierno en cinco provincias orientales.
“Sin embargo, muchas de estas personas serán reubicadas en centros escolares, almacenes o viviendas colectivas que también presentan vulnerabilidades”, argumentó.
Añadió que, aunque el amparo de la población se expone como prioridad, “no se han divulgado cifras sobre colchones, alimentos, techos seguros ni brigadas médicas desplegadas”.
A pesar de las advertencias oficiales, la respuesta comunitaria parece desarticulada, reflejo de una crisis estructural que limita la capacidad de reacción ante eventos extremos.
Rodríguez Lobaina detalló que en Guantánamo, en la zona este de Palmira, "sí han estado evacuando e incluso han amenazado usar tropas especiales o Boinas Rojas, si la gente no se quiere evacuar. No se sabe para dónde evacuarán porque, normalmente, evacuan para la vocacional (Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas José Maceo Grajales) pero está lleno de gente con esto de las enfermedades de las transmisiones que está viviendo la isla”.
El reportero señaló que en Holguín la denuncia más destacada es que "todo está lleno de basura, los parques, las ciudades; no se han podado los árboles ni se ha recogido la basura”.
La misma inquietud comparte el periodista independiente Jorge Amado Robert Vera, quien describe escasa movilización en la ciudad de Santiago de Cuba en las horas previas al paso del fenómeno.
“Es lamentable como están las calles llenas de basura. El sistema de alcantarillado está colapsado. Hay lugares que, desde el ciclón Imelda no han recogido los desechos. Esto es un desastre. Ahora con esto que evidentemente nos va a impactar, sería mucho más catastrófico. Habrá grandes inundaciones porque los tragantes están tupidos”, señaló.
Robert Vera precisó que la llegada de ciclones a Cuba empeora la crisis eléctrica, un problema crónico causado por el deterioro de la infraestructura y la escasez de combustible.
“Aquí en la capital santiaguera, normalmente están tumbando la corriente durante 20 o 19 horas, pero, antes de la llegada del huracán Melissa, seguramente, van a tumbar la corriente porque cualquier pretexto que ellos [las autoridades] tengan, ya hay una justificación para tenernos por lo menos una semana, dos semanas, quién sabe, sin electricidad”.
Rodríguez Lobaina, por su parte, dijo que los apagones no permiten que las gentes estén informadas. "Por ejemplo, en la zona de Bermejal [Guantánamo] se reportó la explosión de un transformador hace una semana, y toda esa zona está sin corriente”.
La Unión Eléctrica avisó en un mensaje por la plataforma Telegram que, si bien favorecerá las provincias orientales con mayor nivel de generación, cuando los vientos alcancen los 60 kilómetros por hora de harán desconexiones de circuitos en los territorios afectados.
“Lo que uno tiene que tener en mente es proteger lo de uno, lo poco que uno tenga protegerlo porque ellos no tienen nada que ofrecer a la población. Mucho menos respecto al fondo habitacional que en Santiago no es bueno como en el resto del país”, agregó Robert Vera.
En la ciudad de Las Tunas, Alicia Revilla, una mujer de 78 años, enfrenta la amenaza del huracán Melissa con el apoyo solidario de sus vecinos, quienes la están ayudando a preparar su vivienda ante el inminente impacto.
“Yo tengo todo recogido. Mi casa no está muy buena, pero es de placa y de mampostería. Tengo como diez tanquetas que las tengo llenas. Estoy solita. No se aparece nadie a preguntar nada para ver cómo está mi casa, que es de placa, pero se moja cuando cae mucha agua”.
El caso de Alicia refleja las limitaciones logísticas, los problemas de comunicación y la precariedad energética en un contexto donde la respuesta institucional se vuelve crucial para proteger a los más vulnerables, especialmente adultos mayores.
“Yo no he visto ni movimiento de nada fíjate que aquí ni el arroz lo han traído esto está aquí normal”, dijo Alicia, refiriéndose a lo que ya en Cuba es la “normalidad”, carencia de víveres, de electricidad, de agua, entre otros servicios básicos para la vida.
“El gobierno ha dicho a las personas en cada cuadra que vayan a ver la manera donde se pueden evacuar porque ellos no tienen alimentos para darle a la población, ni la canasta básica que corresponde al mes”, precisó la activista Elsa Litsy Isaac, residente en Palma Soriano.
“Al menos hace seis meses que no dan alimento y ahora, debido al paso del huracán, menos que menos. No sabemos cómo vamos a enfrentar la parte oriental del pueblo de Cuba esta situación porque no hay alimento corriente.
Con la proximidad de uno de los ciclones más intensos de los últimos años, los habitantes de la zona oriental con lo poco que tienen, refuerzan sus viviendas o buscan refugio en casas de familiares. La falta de apoyo institucional agrava la vulnerabilidad de estas comunidades, que ya enfrentan condiciones difíciles por la crisis económica y social que atraviesa el país.
“La población no tiene ni con qué cocinar, no hay carbón, están apareciendo los sacos de carbón a 2,000 pesos y las personas no tienen con qué comprarlos. No sé sinceramente cómo vamos a sobrevivir a este huracán. La gente está muy, pero que muy preocupada, asustada, tratando la manera de amarrar, bajar su techo para no verse muy afectado, porque es fuerte lo que viene y el gobierno no le está dando ningún tipo, pero ningún tipo, de medida a tomar a la población”, enfatizó Isaac.
En el Consejo Popular Siboney, ubicado en la zona montañosa de La Gran Piedra en la provincia de Santiago de Cuba, la delegada Gloria Ruiz aseguró que mantiene bajo control la situación ante la inminente llegada del huracán Melissa.
Esta región, conocida por su difícil acceso y condiciones climáticas extremas, se encuentra en alerta máxima debido a los posibles efectos del ciclón, que incluyen fuertes vientos, lluvias intensas e inundaciones.
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